Es de vital importancia obtener un diagnostico
temprano y empezar a estimular al niño para desarrollar al máximo su
inteligencia. No hay tiempo que perder, pues un cerebro en desarrollo asimila
mejor y más rápidamente los estímulos que recibe. Se trata de que el niño
aprenda hasta donde pueda, que es mucho más de lo que imaginamos. Mucho depende
de que reciba los estímulos adecuados. La familia es el campo de aprendizaje
más importante para todos los seres humanos. Cuando un niño tiene necesidades
especiales, los padres deben aprender a enseñar; además de paciencia y tiempo
es necesario saber cómo ayudar al niño a desarrollar al máximo sus capacidades.
El niño no madura “con el tiempo”, requiere estimulo constante, organizado y
sistemático. Para ello es fundamental buscar la orientación y un programa
especifico de estimulación temprana, con objetivos y estrategias bien definidas
para cada etapa del adiestramiento. Dividir la gran tarea en pequeños pasos
permite ver claramente resultados. Una buena estimulación temprana servirá para
allanar el camino que lleva a la educación preescolar. La escuela no sólo
brinda apoyo académico, sino que es un espacio importante de socialización, en
el cual el niño tiene la oportunidad de aprender habilidades básicas para la
vida. Si las condiciones del niño le permiten asistir a una escuela regular, es
importante que los padres mantengan estrecho contacto con los maestros y formen
un equipo de apoyo para satisfacer las necesidades especiales de su hijo.
·
“Discapacidad
Intelectual” (2002), en Ararú, Revista para padres con necesidades educativas
especiales, Núm.28., Nov. 1999 - enero 2000, México, Alternativas de
Comunicación para Necesidades Especiales, pp.23–27.
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